jueves, 27 de agosto de 2015

Santa Mónica, madre de San Agustín, a su hijo:

Trozo de la carta nueve de San Agustín…

“Aunque seas buen conocedor de mi espíritu, quizá ignoras 
cuánto desearía gozar de tu presencia. Dios nos otorgará 
algún día tan grande beneficio. Leí tu recientísima carta, 
en la que lamentas tu soledad y un cierto abandono de 
 tus cercanos, con los que la vida se hace tan agradable. 
Mas ¿qué te diré yo aquí sino lo que no dudo que ya haces? 
Visitar el Sagrario es el mayor beneficio espiritual.
Foto de Sarita en Monserrate
Vuélvete hacia tu alma y elévala hacia Dios todo lo que puedas. 
Allí nos tendrás a nosotros con mayor certidumbre, 
no por imágenes corpóreas, de las que ahora tenemos que 
servirnos necesariamente en el recuerdo, sino por el 
pensamiento, por el que entiendes que estamos juntos, 
pero sin lugar.”

martes, 25 de agosto de 2015

Con el corazón en la mano

Dios, por favor! 
Sostén mi humanidad una vez más…
Gracias por ser tan generoso conmigo…
 Es que, me miras con tu rostro sin cara, 
me tomas con tu ausente mano derecha, 
me sientas en tu mutilada pierna y, me 
sostienes con tu mano “izquierda”.                                               
Señor, que a través de tu Corazón Sagrado 
mi oración comunique la paz que solo Tú 
puedes regalarnos y tu Luz de claridad a los 
actos de quienes podemos fallar, 
al primer juicio humano.
Tú, mi adorable Jesús puedes leer mi corazón 
y penetrar mi alma, lo que el entorno no puede hacer. 
Por esa misma fe te ruego fortalecer el reposo 
que en un Oasis se puede vivir, cuando cansado 
el viajero, acude a beber de sus aguas.

No permitas que el mundo debilite 
el follaje de la poca vegetación 
que allí conserva el aire fresco 
para el descanso de quienes en él, 
lo buscan.










Señor, que los vientos del desierto 
no entorpezcan 
el conocimiento, 
si lo hay, en la profunda mirada 
de la intención.