Tienen
mucho qué ver…
A
quien le llega el impulso, la búsqueda de paz, la contrición de corazón
y
el “propósito de la enmienda”, se inclina por tener una entrevista,
que
los católicos llamamos “confesión”.
Este
hermoso diálogo entre el sacerdote y el feligrés hace que sus errores,
faltas
o pecados, sean perdonados con el Sacramento de la
PENITENCIA.
La
búsqueda de paz lleva al alma a sentir un alivio,
después
de la indulgencia.
Hace
décadas los penitentes, escogían sacerdote para
practicar
este Sacramento, a quien llamábamos Director Espiritual.
Los
sacerdotes proporcionan este alivio moral, según la
espiritualidad
que acompaña el sentido de culpa.
Hay
sacerdotes que desvirtúan este –sentido de culpa-, porque
lleva
a la persona a un sentimiento de descanso por la I N D U L G E N C I A
aplicada
y el feligrés queda en paz para volver tranquilo a inclinarse
La
fiesta que, anteriormente se celebraba el primer jueves de junio, después
de
Pentecostés, y que ahora lo celebramos el segundo domingo de junio.
“Corpus Christi”. Presente
en la Eucaristía,
bajo las sustancias de pan y vino,
bajo las sustancias de pan y vino,
Marcos
14, 12-16.22-26
Dedicado a mi antiguo confesor,
con motivo de el día de San Efrén.
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