Porque nada merecemos
Por el reciente desierto de mi vida,
Te ofrezco Señor,
un corazón agradecido.
No quiero hacer promesas, dónde falle,
porque, “la carne es débil” y la memoria escasa.
Quiero Señor decirTe que te amo,
y pasando a la prueba, obedecerTe.
Tus muestras de amor llegaron grandes,
y ENORMES!, desbordantes,
hacen crecer mi FE.
Te doy gracias Señor,
por los instrumentos humanos
que colocaste en el entorno de Susana,
y representaron tu Presencia,
en Méderi.
Gracias, Señor!
De Nuevo TÚ, ahí, PRESENTE,
llegasTe al lecho de Susana,
le regalasTe el manto de María,
que día y noche la cuidara.
Gracias Señor,
por mi familia que
fortalecieron los lazos,
alimentaron mi sangre;
abonaron la confianza.
Gracias! Por su sanación,
por su regreso, por su alma.
Gracias por los amigos,
que oyeron nuestra súplica
y no fueron indiferentes.
Mi quebrantado corazón, aun gime...
Mi ser, está pasando por el túnel
incomprendido de los sueños.
Vislumbra la incipiente Luz
en la ilusión, que se mostró presente.
TU SAGRARIO SEÑOR!!!
¡No al aborto!