Tenemos tendencia innata para relacionarnos con Dios,
lo que garantiza el correcto desarrollo
de la personalidad.
La plegaria es el medio de entrar en el amor de Dios,
participar y compartirlo.
La oración es la forma más antigua de trascender a Dios.
Por medio de la oración nos acercamos con expresión
de gratitud al Creador y aceptamos que existe.
La oración nos permite tranquilizarnos en la angustia
y consolarnos en la tribulación.
Además, es el camino de encuentro para transformar
y convertir nuestro pensamiento mundano.
Aceptar la guía y Luz del Espíritu Santo para llegar a
la plenitud del amor único y Divino de Dios.
“Que
nuestra oración se oiga no depende de la cantidad
de
palabras, sino del fervor de nuestras almas”.
San Juan Crisóstomo
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