miércoles, 30 de diciembre de 2015

Reflexión de fin de año

Salmo 8
 
Señor Dios Nuestro, 
¡Qué admirable
Es tu nombre en 
toda la tierra! 
Cuando contemplo 
el cielo,
Obra de tus dedos,
La luna y las estrellas 
que has creado,
¿qué es el hombre 
para que te acuerdes 
de él, el ser humano 
para darle poder?
 
Lo hiciste inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus 
manos, todo lo sometiste bajo sus pies.
Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias 
del campo, las aves del cielo, lo peces del mar,
todo lo sometiste bajo sus pies.
  Encuentro P. Ignacio Larrañaga  
 
Diciembre 30 de 2015
Primera lectura de la 
Primera Carta del Apóstol San Juan 


"No améis al mundo ni lo 
que hay en el mundo. 
Si alguno ama al mundo, 
no está en él el amor del Padre.

Porque lo que hay en el mundo 
–las pasiones de la carne, y la 
codicia de los ojos, y la arrogancia 
del dinero–, eso no procede
del Padre, sino que procede 
del mundo.

Y el mundo pasa, con sus pasiones.
Pero el que hace la voluntad de Dios 
permanece para siempre". 
Palabra de Dios

                                                   
¡No a la guerra, al aborto, ni
a la ideología de género!

martes, 8 de diciembre de 2015

AÑO DE LA MISERICORDIA



A tu Honra y Gracia Oh! Madre Inmaculada!
































































Santa María, Madre de Dios y nuestra,
 en súplica permanente te pido conservar 
mi corazón desinteresado y solo Contigo
 comprometido.
Ayúdame para que sano en intenciones y anhelos, 
semeje las cristalinas aguas de un lago, en un 
ambiente lejano y silencioso.
Déjame sentir la ternura de tu mirada.
Cobíjame con tu manto para no entristecerme.
Que mis afectos sean sinceros para descubrir 
la necesidad de quien revele el rostro de tu adorable 
Hijo Jesús.
Que fuerte mi corazón, no se fragilice al primer 
intento de apoyo.
Un corazón amable, que no aparente lo que no siente.
Un corazón que perdone sin esfuerzo y 
no lastime otros corazones.
Un corazón imitador de tu silencio para no juzgar, 
ni penetrar en el íntimo campo de las 
intenciones ajenas.

Que no perciba el mal e ignore el que existe, a mi lado.  
Deseo Madre amorosa confiar en Ti, como aquel 
septiembre 10. 
Que no exija, más de lo que me entregan, ni calle, 
parloteando ingratitud interior.
Que me alimente de misericordia, para que llegue
la compasión a mi alma.
Intercede para que jamás me falte Luz.
 
Que espere en el QUE todo lo puede y se da,
para forjar un Corazón Samaritano.
Madre purísima a Ti deposito mi confianza.