domingo, 18 de marzo de 2012

Cinco "propósitos de doce":

 “SERENIDAD, para tener el tesoro de la paz interior. “Tu barca se agita y amenaza naufragio, porque Cristo duerme dentro de ti. Cuando en el mar de este mundo descubres que los buenos son perseguidos y los malos triunfan*, surge la tentación, se encrespan las olas. Tu alma dice: Despierta a Jesús en ti y dile de corazón: ¡Maestro, que perezco! Entonces él despertará, y volverá la fe a tu corazón.”

“SABIDURÍA, para actuar como tu quieres. “Entra en ti mismo y deja atrás el ruido y la confusión. Mira dentro de ti. Escucha la palabra con calma para entenderla.

“AMOR, para sentirte a mi lado. “Donde está el amor ¿qué puede faltar? Y si el amor no está ¿qué puede valer?.” Quita la fe, y desaparece lo que crees; quita la caridad, y desaparece lo que haces. La única fe purificadora es la que obra por amor”.
“PERSEVERANCIA, para cuidar los detalles que te agradan. ¿Quieres ser grande? Comienza por lo más pequeño. Cuanto más alto sea el edificio que se desea levantar tanto más profundos se cavan los cimientos. “La construcción de un edificio continuamente va subiendo; en cambio, el que abre las zanjas va bajando. Por consiguiente, todo edificio, antes de alcanzar su altura, debe descender, y el remate se yergue después de haber descendido”.
 “SALUD, para aprovechar la vida que me has prestado.
 “OBEDIENCIA, aceptar siempre tu santa voluntad.
                                                                                                   Monseñor Alirio López Aguilera
                  
    

*El amor a los enemigos Mateo 5: 43 a 45.
“Habéis oído que fue dicho: 
Amarás a tu prójimo y aborrecerás 
a tu enemigo. Pero yo os digo:   
Amad a vuestros enemigos y 
orad por los que os persiguen,
 para que seáis hijos de vuestro 
Padre, que está en los cielos, 
que hace salir el sol sobre malos 
y buenos y llueve sobre 
justos e injustos”.

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