Hace
muchos años, el día de mi Primera Comunión, tuve un hermoso sueño:
“Caminando
por el sendero de la vida, encontré un letrero que decía:
“Tienda del Cielo”.
La puerta, lentamente se abrió y yo, sin darme cuenta, estaba adentro.
“Tienda del Cielo”.
La puerta, lentamente se abrió y yo, sin darme cuenta, estaba adentro.
Muchos
ángeles en mi entorno…! Uno, me entregó una canasta y dijo:
“Compra
lo que un ser necesita en la tierra”…
A
mi juicio, compré:
Amor, fe,
sabiduría y perdón; una gran dosis de misericordia y compasión.
Olvidé, y regresé
por paciencia, comprensión y respeto.
Disponiéndome a pagar, uno de los ángeles se
acercó para informarme,
lo que todo ser humano o no, desconoce:
-Que
“Jesucristo pagó nuestras deudas”.
Y, que nuestra
felicidad y paz son alcanzables, cuando en nuestro
corazón hay arrepentiemiento,
propósito de la enmienda
y reconciliación.
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