jueves, 5 de abril de 2012

Por mis seres queridos...

Amigo de Betania
En el seno de mi hogar, buen Jesús, hay penas hondas y secretas.
Si reinaras entre los míos con toda la intensidad del amor que
Tú mereces, no habría en mi casa tantos y tan amargos pesares.
Ven pues y no tardes.
Apresúrate porque mi hogar está herido con la ausencia de seres queridos.
todos crecimos juntos al píe de la cruz y después, por voluntad del cielo,
esa misma cruz nos ha ido separando del nido santo del hogar.
Maestro, hermano, amigo del alma. 

Jesús amado, ten misericordia de los míos, que murieron.
De aquellos que volaron a la eternidad en seguimiento tuyo. Duermen en paz, porque te amaron y porque Tú eres infinito en caridad.
Mas al irse nos dejaron sombras y tristezas en el alma, espinas
y una tumba en el camino.
Pero bien sé yo que en tu corazón amabilísimo no puede haber separaciones.
En él, donde está la vida, desaparece la horrible muerte;
por eso te pido paz sobre sus tumbas y a los que hemos quedado en
este valle de lágrimas danos la resignación que levante el desapego
de la tierra y el amor al sufrimiento que nos una inseparablemente a Ti,
amigo dulce de Betania.

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