lunes, 10 de junio de 2013

Hace falta que repiquen



Hace unas cuantas décadas, cuando éstas repicaban íbamos a la Iglesia para asistir a "misa". 
Unos cuantos recibían a Jesús Eucaristía, los que creían que su alma era digna de albergarlo...
Hoy, sin campanas, vamos a participar de la Eucaristía; 
muchísimos lo recibimos...quizá sin detenernos a reflexionar 
si nuestro espíritu es digno de invitarlo a entrar en nuestro corazón.
Por qué será?
Pienso que con el tiempo, la gente ya no pensamos si somos 
merecedores o no de recibirlo, -lo hacemos por convicción? 
Por imitar a los demás? 
O, simplemente es ÉL que quiere alimentar nuestra alma 
y con su Gracia, permanecer definitivamente con nosotros.

Cuán grande eres Señor! 
Porque en lugar de "gotas de amor", te das como
"Torrentes de Agua Viva".
¡No al aborto!

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