jueves, 23 de abril de 2020

Dios me regaló su Tiempo


Mi Semana Santa la VIVÍ íntegramente. 
Valió la pena el encierro. 
Durante la Cuaresma, organizamos cronograma de oración con familiares
y amigos. Participé en los oficios de diferentes Iglesias, con variados horarios.

Formé parte de los oficios virtuales con sacerdotes en comunidad y otros
en su casa, cuya riqueza fue un altar y por tesoro la Palabra de Dios.

Observé la majestuosidad de Catedrales, hermosura de templos, sencillez 
de Capillas.

Después de los oficios contemplé el brillo de las vacías bancas, que 
alimentaron mi FE. Distraje mi atención en la arquitectura y distribución 
de los templos, dónde reina el equilibrio para alabar a DIOS.
Percibí /entrega/ de los sacerdotes en la preparación de sus homilías, 
discurriendo el Evangelio para llegar a los feligreses, sin percatarse a 
qué terreno llegará su semilla.

En la iglesia física el sacerdote predica, mientras los asistentes nos 
dividimos. Habrá quienes oran, rezan o lloran; unos que claman, otros 
que reclaman, algunos que se distraen y los que, como el publicano, 
regresarán en paz.

Dios siempre está presente, nos da lo mejor y conveniente a quienes 
confiamos en Él, y dejará caer lágrimas, cuando lo sacamos de nuestra 
vida, como lo hiciera Judas.

1 comentario:

  1. En estos tiempos difíciles debemos acercando a Dios, lo paradójico es que no podemos ir a su casa... Él viene a la nuestra, le abrimos las puertas y simplemente, con su amor... entra...

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