Nosotros, indiferentes, sordos y desobedientes
no le escuchamos; luego, en las adversidades,
buscamos culpables...
Quién el primero?
El Señor...
En este hermoso camino, ha muchos años, aprendí a aceptar
los llamados de la vida, los susurros de Dios en mi corazón.
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