Por tanto, conoce y sigue a JESÚS.
Plegaria en el dolor
Tú que sabes abrir con dulce mano, sobre un
tallo de espinas, una flor!
Dame, Señor, dulzura en el sufrir dame resignación;
pon flores en el tallo de mi ardiente dolor.
Pon sonrisa de paz en las heridas que ahogan mi corazón;
dame perfume humilde de paciencia, dame
silencio manso...
dame amor...
Yo no quiero llorar con ojos agrios cuajados de pasión.
Quiero llanto copioso que no escalde la tierra
en que cayó.
No quiero con despecho y con soberbia profanar mi dolor;
quiero besar, humilde, de rodillas con dulce
labio, tan sagrado don…
Quiero mostrar al mundo cómo llora quien llora por tu amor…
Quiero imitarte a Ti, dulzura mansa
¡Enséñale a sufrir al
corazón!
Tú que sabes abrir con dulce mano,
sobre un tallo de espinas, una flor.
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