lunes, 18 de marzo de 2013

Algunas reflexiones...


para la última semana de Cuaresma
Tiempo de reconciliación

-Qué causa en el ser humano el pecado, que otros llamamos
falta o equivocación?  

Sin que nadie nos lo dijera, ocasiona
profunda culpa y dolor, éstas a su vez, pueden convertirse
en enfermedad, dolor, confusión, fragilidad, malestar, duda,
debilidad de carácter, inconformidad, resentimiento,
vacío interior.

-Por qué de lo anterior? 
Porque la voz de la conciencia es lo único que no
PODEMOS CALLAR, nos habla durante la vigilia
y aun mientras dormimos.

-Cuál es la falta de paz interior y felicidad?
La ausencia de reconciliación.
Tan fácil es volver a esos estados, con solo perdonarnos
dar y pedir disculpas; se allana lo que creemos un gran obstáculo,
un largo camino, ancha brecha.

-Cuál es el medio?
El más sencillo es tomar la decisión de reconciliarse con Dios,
y con nosotros mismos, cuya disposición, abre, de hecho,
una puerta a la esperanza…
La alimentamos de contrición de corazón y la fortalecemos
con el propósito de la enmienda.

Aquí buscas un templo y un confesor.

-Pueden surgir inconvenientes en este proceso?
Sí, obvio, el mal nunca se da por vencido, es cuando tenemos
que luchar, ser constantes para vencerlo.
Podemos fortalecer nuestra decisión con -oración,
desiertos y abandonos-.

-Si no se asimila este lenguaje… 
Orar es hablar con Dios, en el silencio.
Desierto es propiciarnos soledad o aceptar adversidades y
Abandono es la entrega al Señor, de nuestra culpa,
implorando Su Presencia.

Somos la  imagen y semejanza de Dios y la deformamos.
Damos entrada al mal que deja huella…Secuela y crece en nuestra alma.

Pero Dios es amor y el verdadero amor, trae felicidad
a un corazón humilde.

¡No al aborto!

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