amigo del hombre,
Maestro amante de la vida,
Tú no olvidas a ninguna
creatura.
Mira a tu Iglesia y envíale
el soplo vivificante
y el fuego del Espíritu.
Márcala con el sello
del Espíritu Santo,
recuerda a los bautizados
que son miembros
de tu cuerpo.
Mora en los corazones
de la fe, arráigalos y
fundaméntalos en el amor.
Ábrelos a la alabanza
de tu Gloria.
Juan
Pablo II
¡No al aborto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario