Señor Jesús, manso y humilde.
Desde el polvo me sube y me domina esta sed insaciable de estima,
ésta apremiante necesidad de que todos me quieran.
Mi corazón está amasado de delirios imposibles. Necesito redención.
Mi corazón está amasado de delirios imposibles. Necesito redención.
Misericordia, Dios mío.
No acierto a perdonar, el rencor me quema, las críticas me lastiman,
los fracasos me hunden, las rivalidades me asustan.
Mi corazón es soberbio.
Dame la gracia de la humildad, mi Señor, manso y humilde de corazón.No sé de dónde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad,
eliminar al rival, dar curso a la venganza. Hago lo que no quiero.
Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad.
Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad.
Gruesas cadenas amarran mi corazón:
este corazón echa raíces, sujeta y apropia cuanto soy y hago, y cuanto me rodea.
Y de esas apropiaciones me nace tanto susto y tanto miedo.
¡Infeliz de mí, propietario de mí mismo!
"Estoy listo para hacer Tu voluntad"
este corazón echa raíces, sujeta y apropia cuanto soy y hago, y cuanto me rodea.
Y de esas apropiaciones me nace tanto susto y tanto miedo.
¡Infeliz de mí, propietario de mí mismo!
"Estoy listo para hacer Tu voluntad"
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