San Agustín decía:
“Señor, calma mi sed de amar”.
“Señor, das lo que pides y pides lo que quieres”.
“-Si quieres conservarte joven, busca a Cristo”.
“Mi alma viene de Ti Señor, y no descanse hasta estar contigo”
Respira en mí
“Respira en mí, Oh Espíritu Santo,
para que mis pensamientos puedan ser todos santos.
Actúa en mí, Oh Espíritu Santo,
para que mi trabajo, también pueda ser santo.
Transforma mi corazón, Oh Espíritu Santo,
para que solo ame lo que es santo.
Fortaléceme, Oh Espíritu Santo,
para que defienda todo lo que es santo.
Guárdame pues, Oh Espíritu Santo,
para que yo siempre pueda ser santo”.
San Agustín
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