martes, 23 de agosto de 2011

La salud y el vigor



Hoy, cuando la soledad y el abandono son los compañeros de los adultos mayores, he reflexionado el porqué buscamos, valga la redundancia,
compañía, aunque sea para una cita médica…

“Muchísimos de cuerpo débil y enfermizo, llegarían a ser fuertes y sanos
con solo dar a Dios la oportunidad de manifestarse en sus obras”.

Quiero decir:

“No te cierres al divino flujo. Haz algo mejor que esto:
Ábrete a él. Solicítalo, fluirá a destruir los obstáculos que lo embarazan”.

“Mis palabras son vida para quienes las oyen, y salud para toda su carne”. Proverbios 4:22.

“Conviene recordar que la salud es tan contagiosa como la enfermedad”.
Por ello, “el mero hecho de persistir en el pensamiento de completa salud
estimula y pone las fuerzas vitales en condición de restaurarla,
           al cabo de cierto tiempo”.


                                                          
Persiste con fe en esto que para mí es una oración:

“Soy imagen de Dios, vida de mi vida;
y como espíritu, como ser espiritual,
puedo excluir el mal de mi propia naturaleza.
Abro mi cuerpo (piensa en la parte afectada)
lo abro completamente al creciente influjo de Dios,
que desde entonces fluye y circular por mi cuerpo
intocado el proceso de mi curación”.
Rodolfo Waldo Trine


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