domingo, 4 de septiembre de 2011



Quién vivirá por mí?
 
¿Quién querrá hacerse cargo de construir mi ser y de trazar mi rumbo?
Quién, que desde hoy corrija mis errores y lamente mis fracasos; que escuche mis quejas y diga:
“¡pobre!, ¡con razón sufres!” Que no se canse con mi pobreza, con mi frágil salud, mis pensamientos tristes y mis lágrimas por el pasado?
Quién me librará de las jornadas duras y allanará todos los caminos por donde pasé?
Quién que se levante cuando yo tropiezo y que eche leña a la esperanza?
Quién hay dispuesto a conseguir el triunfo y a colocarlo en mis manos? Que mire como brilla el sol y lo descubra ante mis ojos?
Quién, que asegure que soy bueno y le diga al mundo que mi fatiga es justa?
Quién me acogerá como a un hijo desvalido?
Quién, que sea fuerte y luchador hará en mi lugar lo que es preciso para hacerme feliz?
Si yo hoy pudiera, pero…Si yo hoy empezara, pero…
Quizá si… Quizá cuando despierte, quizá cuando despierte y tenga que emprender el vuelo.

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