Alimentados
por el amor de Dios, en Jesús Eucaristía,
mi
corazón y mi alma,
levanto
mis ojos al cielo y
suplico
no volver a sentir el vacío,
y la
soledad de tu gracia.
¡Entonces grito!
“Quédate
Señor, conmigo, porque se hace tarde y
Declinan
las sombras…Se acerca la cuenta, la eternidad
y es
preciso que no me detenga en el camino.
Se hace tarde,
me amenazan las tinieblas, las tentaciones,
los dolores
y tristezas…
Jesús
mío!” Quédate conmigo.
"Cuánta necesidad tengo de ti!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario