¡Jesús bueno!
Amigo de pobres y enfermos.
Consolador de afligidos y pecadores.
Que derramaste tu sangre por mí.
Dame un dolor profundo de mis pecados.
Dame valor en las tentaciones.
Dame vencer siempre el pecado.
Dame tu fe, tu amor y tu gracia.
Dame vivir todo tu Evangelio.
Dame una gran confianza en Ti.
Enciérrame en tu Corazón.
Cuando me hunda en la vida
tiende tu mano hacia mí.
Que te ame como los Santos.
Que todos ardan en tu amor.
Bendíceme todos los días.
Que ame como madre a tu Madre María.
Y al fin, llámame junto a Ti.
¡Corazón de Jesús en Vos confío!
“Orar es una necesidad del alma”
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