martes, 1 de mayo de 2012

Día del Trabajo

Señor de la Buena Esperanza:
Ayúdame a encontrar 
almas entusiastas; guía mis pasos por el sendero de la valentía; 
lléname de constancia para no darme por vencida al primer fracaso; 
impúlsame en los pequeños intentos, para que éstos se tornen grandes... 
Fortaléceme para que no decaiga en mis esfuerzos.
Sosténme con intentos de volar como el águila!

 Elevo mi plegaria para agradecerte lo que sostiene
el Oasis de mi vida.

Señor, Tú creaste el trabajo para que el hombre pudiese
valorar su propia vida.
Con el trabajo, ofreces a cada uno la oportunidad de aprender
a vencer obstáculos y saborear victorias.
El trabajo se tornó un centinela de la virtud que nos trae paz,
salud, abundancia y despreocupación.
Somos privilegiados, Señor, porque nos asistes con tus
inspiraciones, alentadoras y positivas.
Sin trabajo, no sentimos satisfacciones ni recibimos
recompensas valiosas.
Gracias a Ti, Señor, sabemos trabajar y producimos en la 
naturaleza transformaciones útiles.
Sin el trabajo, la vida nos parece un navío sin rumbo;
hoy somos dirigentes y capitanes de nuestra vida.
Gracias, Señor, por la oportunidad
de poder iniciar y concluir bien todos nuestros trabajos y oficios.
Así es.   
Devocionario Oremos de los Redentoristas

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