Para pedir los siete dones
Ven,
EspÃritu divino, manda tu Luz desde el cielo.
Padre
amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido;
Luz
que penetras las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven,
dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
Tregua
en el duro trabajo, brisa en las horas
de fuego,
gozo
que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra
hasta el dondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira
el vacÃo del hombre si tú le faltas por dentro;
mira
el poder del pecado cuando no envÃas tu aliento.
Riega
la tierra en sequÃa, sana el corazón enfermo,
lava
las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma
el espÃritu indómito, guÃa al que tuerce el sendero.
Reparte
tus siete dones, según la fe de tus siervos.
Por
tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
Salva
al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén
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