“La esperanza siempre es buena,
si fuere lo contrario, dejaría de ser
esperanza”.
si fuere lo contrario, dejaría de ser
esperanza”.
Ante la incertidumbre...
Libérame Señor de inclinaciones de arrogancia y falta de fe.
Ayúdame a que el dolor en el sendero de mis experiencias no
imiten a Pilatos, ni a Judas.
No permitas que me hunda en la tristeza, si acusada me siento
inocente o culpable.
Lléname, mi amado Jesús, de armonía y refuerza la paz que
mi corazón alberga, mientras los días pasan y las semanas
se tornan interminables…
Perdóname por no alcanzar la humildad de aceptar la adversidad
y creer, a instantes, que estoy sola.
No me quejo, Señor! Permíteme
soñar…
Padre, Me fortalezco en Ti
Tú que conoces el diálogo de mi corazón al tuyo,
escúchalo.
Te pido en silenciosos gritos que la Luz de tu Espíritu
me ilumine antes de actuar.
Lléname de Ti para que jamás deje de enseñar y
déjame oír tu voz
para seguir por el sendero armónico de la vida de
paz!
Te pido perdón por ellos, por los que me lastiman
de frente o por la espalda, por quienes dudan de mí y me ven como un ser
diferente.
Gracias Señor,
mi corazón también los perdona.
En tu juicio, Señor Jesús
Juzgarás mis actos, los que fueron
enjuiciados por hombres.
Me juzgarás donde no hay tiempo ni espacio,
donde no habrá descargos, ni explicaciones, ni
dudas…
Nada qué
decir.
Déjame merecer la tibia luz de tu piedad y el perdón de
tu misericordia.
Y, al final no triste, ni oscuro, ni frío,
una firme parada en la meta final de mi existencia, para llegar a Ti.
Si es
tu juicio, Señor, Tú eres
la Justicia,
eres la verdad!
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