jueves, 27 de septiembre de 2012

Vanidad, de vanidades


¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; 
vanidad de vanidades, todo es vanidad! 
¿Qué saca el hombre de todas las fatigas 
que lo fatigan bajo el sol? 
Una generación se va, otra generación viene, 
mientras la tierra siempre está quieta.
Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar 
a su puesto y de allí vuelve a salir. 
Camina al sur, gira al norte, 
gira y gira y camina el viento.
Todos los ríos caminan al mar, y el mar 
no se llena; llegados al sitio adonde caminan, 
desde allí vuelven a caminar.
Todas las cosas cansan y nadie es capaz 
de explicarlas. No se sacian los ojos de ver 
ni se hartan los oídos de oír. Lo que pasó, 
eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá: 
nada hay nuevo bajo el sol.


  
 Si de algo se dice: "Mira, esto es nuevo", ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. 
Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: 
no se acordarán de ellos sus sucesores.   Eclesiastés 1, 2-11
Es posible que no reflexionemos
y, sigamos atados al mundo?



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