MI JESÚS PARLANTE |
Vives entre nosotros, a nuestro lado,
sobre la tierra, que es tuya y
nuestra;
sobre esta tierra que, niño, te
acogió
entre los niños,
y, acusado, te crucificó entre
ladrones;
vives con los vivos, sobre la tierra
de los vivientes,
de la que te agradaste y a la que
amas;
vives con vida sobrehumana en la
tierra
de los hombres, invisible aún
para los que te buscan,
quizá debajo
de las apariencias de un pobre que mendiga
su pan y a quien nadie mira.
Pero ha llegado el tiempo en que es
fuerza que Te muestres de nuevo
a todos nosotros y des una nueva señal
perentoria e irrecusable a esta generación.
Tú ves, Jesús, nuestra pobreza.
Tú ves cuán grande es nuestra pobreza;
no puedes dejar de reconocer cuán
improrrogable es nuestra necesidad,
cuán dura y verdadera nuestra angustia,
nuestra indigencia, nuestra desesperanza;
sabes cuánto necesitamos de una
extraordinaria intervención tuya,
cuán necesario nos es tu retorno.
una llegada inesperada,
seguida al punto de una
desaparición
súbita;
una sola aparición, un llegar
y un
volver a partir, una palabra
sola al llegar,
una sola palabra al desaparecer,
una
sola señal, un aviso único,
un relámpago en el cielo,
una luz en
la noche,
un abrirse del cielo,
un resplandor en la noche,
una sola
hora de tu eternidad,
una palabra sola por todo tu
silencio.
silencio.
Tenemos necesidad de Ti, de Ti solo y de nadie más.
Solamente Tú,
que nos amas, puedes sentir hacia todos nosotros,
los que
padecemos, la compasión que cada uno de nosotros
siente de sí
mismo.
Tú solo puedes
medir cuán grande, inconmensurablemente grande,
es la necesidad que hay de Ti en este mundo,
en esta hora del
mundo.
Giovanni Papini (1881-1956).
Convertido al catolicismo.
El amor no es capaz
de ver los lados malos de un ser;
el odio no es capaz
de ver los lados buenos.
El dinero, que ha
hecho morir a tantos cuerpos,
hace morir todos
los días a miles de almas.
¡No a la guerra!
¡No al aborto!
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