“Lo que
das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas”.
“Has de
dar lo que recibes.
El
conocimiento se recibe y se da,
sino
todo lo que aprendiste
no sirve
de nada, se estanca y se pierde”.
Guárdame,
Señor. Quédate conmigo durante todo el día
y guía todas mis acciones,
mis palabras y pensamientos.
Guarda mis píes,
para que no anden ociosos,
sino que caminen al encuentro
de las necesidades de los demás.
Guarda mis manos,
para que no se abran para el mal,
sino para abrazar y ayudar a todos.
Guarda mi boca,
para que no diga falsedades
ni cosas indebidas
y no hable mal del prójimo.
Al contrario, que siempre esté dispuesto
para animar a todos y para bendecirTe a Ti,
Señor de la vida.
Guarda mis oídos,
para que no pierdan el tiempo
en escuchar palabras falsas o sin sentido,
sino que estén siempre atentos
a escuchar tu misterioso mensaje,
para cumplir también hoy tu voluntad.
Que así sea.
Plegaria del siglo VIII
¡No a la guerra y al aborto!
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