martes, 8 de octubre de 2013

Jonás 3,1-10

¡Señor! Ten misericordia de Colombia
“De nuevo vino la palabra del Señor sobre Jonás: "Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo." Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: "¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!" Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: "Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos." Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó”. Jonás 3,1-10. Casa para tu fe Católica-


Las Alianza de Dios
En el actual comportamiento 
de la humanidad, nos haría 
falta asimilar las palabras 
del Señor a Jonás y la 
actuación de Jonás, en 
obediencia al Señor. 

Una respuesta de humildad 
de parte del rey de Nìnive:

“Examen de conciencia, 
contrición de corazón y 
propósito de la enmienda".
  

¡No a la Guerra, ni al aborto!
Dureza de corazón

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