Señor,
la creación me impulsa a
navegar
por el mar de mi
existencia.
Perdóname, Señor
Si, extenuado,
caigo en medio del
camino,
Perdóname, Señor.
Si mi corazón vacilara
un día ante el dolor,
Perdóname, Señor.
Perdona mi pusilanimidad.
Perdona por haberme detenido.
La magnífica guirnalda
que ofrecí a Dios esta mañana,
está marchitándose;
su belleza se desvanece.
Perdóname, Señor.
Ignacio
Larrañaga
Encuentro,
Manual
de oración.
No a la guerra, al
idealismo de género y al aborto.
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