martes, 5 de noviembre de 2013

Delante de Tu Rostro, Señor


Te he buscado, Señor, 
en la medida de mis capacidades 
y el poder que Tú me diste, 
empeñándome en comprender 
con mi inteligencia 
lo que creía por la fe;
y disputé y me fatigué en demasía.

Señor y Dios mío, 
única esperanza, óyeme 
para que no sucumba 
al desaliento y deje 
de buscarTe; ansié 
siempre tu rostro con ardor. 
Dame fuerzas para la búsqueda.

Tú que permitiste que te  encontrara, 
y me has dado esperanzas de un 
conocimiento más perfecto.
Ante Ti está mi firmeza y mi debilidad;
sana ésta, conserva aquélla.

Fotografía
P. Ignacio Larrañaga
Ante Ti está mi ciencia
 y mi ignorancia;
si me abres, 
recibe al que entra, 
y si me cierras la puerta, 
abre al que insiste en llamar.
Encuentro N° 42 – Ignacio Larrañaga 
                                 ¡No al aborto, ni a la guerra!

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