miércoles, 27 de noviembre de 2013

El Gran valor de la Eucaristía y la Gracia recibida

Siempre he sabido que una Eucaristía es el mejor regalo al Señor
Iglesias vacías...
A la hora de tu muerte, tu mayor consuelo 
serán las Misas que durante tu vida oíste.
Cada Misa que oíste te acompañará 
en el tribunal divino y abogará para 
que alcances perdón.
Con cada Misa puedes disminuir el
castigo temporal que debes por
tus pecados, en proporción con
el fervor con que la oigas.
Con la asistencia devota a la 
 Santa Misa, rindes el mayor 
homenaje a la Humanidad 
Santísima de Nuestro Señor.
La Santa Misa bien oída suple 
tus muchas negligencias y omisiones.

Iglesias llenas

Por la Santa Misa bien oída se te perdonan todos los pecados 
veniales que estás resuelto a evitar, 
y muchos otros 
que ni siquiera te acuerdas.
Por ella pierde también el demonio dominio sobre ti.
Ofreces el mayor consuelo a las 
benditas ánimas del Purgatorio
Consigues bendiciones en tus 
negocios y asuntos temporales.
Una Misa oída mientras vivas 
te aprovechará mucho más 
que muchas que ofrezcan 
por ti después de la muerte.
Te libras de muchos peligros 
y desgracias en los cuales 
quizás caerías sino fuera por la Santa
Misa.

Acuérdate también de que con ella acortas tu Purgatorio.
Con cada Misa aumentarás tus grados de gloria en el Cielo. 
En ella recibes la bendición del sacerdote, que Dios ratifica en el cielo.
Al que oye Misa todos los días, Dios lo librará de una muerte trágica 
y el Ángel de la guarda tendrá presentes los pasos que dé para 
ir a la Misay Dios se los premiará en su muerte.
Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles 
que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con suma reverencia.
Cuando oímos misa en honor de algún Santo en particular, 
dando a Dios gracias por los favores concedidos a ese Santo, 
no podemos menos de granjearnos su protección y especial amor, 
por el honor, gozo y felicidad que de nuestra buena obra se le sigue.

Todos los días que oigamos Misa, estaría bien que además 
de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.

La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, 
para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas 
a gozar de la gloria. – San Bernardo de Sena.
El que oye Misa, hace oración, da limosna o reza por las almas 
del Purgatorio, trabaja en su propio provecho. – San Agustín.

Iglesias Y ángeles AUSENTES
Por cada Misa celebrada u oídas con devoción, muchas almas 
salen del Purgatorio, y a las que allí quedan se les disminuyen 
las penas que padecen. – San Gregorio el Grande, Papa.
Durante la celebración de la Misa, se suspenden las penas 
de las almas por quienes ruega y obra el sacerdote, 
y especialmente de aquellas por las que ofrece la Misa.
San Gregorio el Grande

Puedes ganar también Indulgencia Plenaria todos los lunes 
del año ofreciendo la santa Misa y Comunión en sufragio 
de las benditas almas del Purgatorio. 
Para los fieles que no pueden oír Misa el lunes 
vale que la oigan el domingo con esa intención.
Se suplica que apliquen todas las indulgencias en sufragio 
de las Almas del Purgatorio, pues Dios nuestro Señor, 
y ellas le recompensarán esta caridad.

La Santa Misa es la renovación del Sacrificio del Calvario, 
el Mayor acto de adoración a la Santísima Trinidad. 
Por eso es obligación oírla todos los domingos y fiestas de guardar.

No al aborto, a la disfrazada pandemia, 
al secuestro religioso y al idealismo de género.

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