domingo, 28 de septiembre de 2014

Deja que el corazón hable a DIOS

Plegaria en el dolor...
Tú que sabes abrir con dulce mano sobre un tallo de espinas una flor!
Dame, Señor, dulzura en el sufrir dame resignación;
pon flores en el tallo de mi ardiente dolor.
Pon sonrisa de paz en las heridas que ahogan mi corazón;
dame  perfume humilde de paciencia dame silencio manso... 
dame amor...
Yo no quiero llorar con ojos agrios cuajados de pasión;
quiero llanto copioso que no escalde la tierra en que cayó.
No quiero con despecho y con soberbia profanar mi dolor;
quiero besar, humilde, de rodillas con dulce labio, tan sagrado don…
Quiero mostrar al mundo como llora quien llora por tu amor…
Quiero mostrarTe a Ti, dulzura mansa quien llora por tu amor...
Enséñale la fe a mi corazón!

 Tú que sabes abrir con dulce mano sobre un tallo 
de espinas, una flor.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Las Bienaventuranzas - Qué más debemos interiorizar?

RESEÑA:

"Oficio de Lectura, XXII Jueves del Tiempo Ordinario

Meteré mi ley en su pecho
San León Magno, Sermón sobre las bienaventuranzas
Sermón  95,1-2
Dichosos los pobres en el espíritu
San León Magno, Sermón sobre las bienaventuranzas
Sermón 95, 2-3"

El Señor convertía las curaciones externas en remedios internos.

“…según las palabras de Jeremías: Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. Después de aquellos días –oráculo del Señor– meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones.
Así, pues, el mismo que habló a Moisés fue el que habló a los apóstoles, y era también la ágil mano del Verbo la que grababa en lo íntimo de los corazones de sus discípulos los decretos del nuevo Testamento; …”
“Así era como el rigor de la ley se veía suplantado por la dulzura de la gracia, y el espíritu de hijos adoptivos sucedía al de esclavitud en el temor.
“Pero, al decir dichosos los pobres en el espíritu, da a entender que el reino de los cielos será de aquellos que han merecido más por la humildad de sus almas que por la carencia de bienes.”
 

Dichosos los pobres en el espíritu
San León Magno, Sermón sobre las bienaventuranzas
Sermón 95, 2-3

“No puede dudarse de que los pobres consiguen con más facilidad que los ricos el don de la humildad, ya que los pobres, en su indigencia, se familiarizan fácilmente con la mansedumbre y, en cambio, los ricos se habitúan fácilmente a la soberbia. Sin embargo, no faltan tampoco ricos adornados de esta humildad…en aliviar la miseria de sus prójimos.
“Bienaventurada es, pues aquella pobreza que no se siente cautivada por el amor de bienes terrenos ni pone su ambición en acrecentar las riquezas de este mundo, sino que desea más bien los bienes del cielo.
Por eso, el bienaventurado apóstol Pedro, cuando, al subir al templo, se encontró con aquel cojo que le pedía limosna, le dijo: No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, echa a andar.”
¿Qué cosa más sublime podría encontrarse que esta humildad? ¿Qué más rico que esta pobreza?
“No tiene la ayuda del dinero, pero posee los dones de la naturaleza. Al que su madre dio a luz deforme, la palabra de Pedro lo hace sano; y el que no pudo dar la imagen del César grabada en una moneda a aquel hombre que le pedía limosna, le dio, en cambio, la imagen de Cristo al devolverle la salud.”

Así aquel pobre apóstol, que no tenía nada que dar al que le pedía limosna, distribuyó tan abundantemente la gracia de Dios que dio no sólo el vigor a las piernas del cojo, sino también la salud del alma a aquella ingente multitud de creyentes, a los cuales había encontrado sin fuerzas y que ahora podían ya andar ligeros siguiendo a Cristo.”
http://www.corazones.org/santos/leon_magno.htm

lunes, 8 de septiembre de 2014

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
Su nombre es Santo y Su misericordia llega a todas
sus criaturas, de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
Dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes y
a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Iglesia "Una y Santa" Papa Francisco

Así dice el Señor: "A ti, hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel; cuando escuches palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte. Si yo digo al malvado: "¡Malvado, eres reo de muerte!", y tú no hablas, poniendo en guardia al malvado para que cambie de conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tú pones en guardia al malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, él morirá por su culpa, pero tú has salvado la vida." Ezequiel 33,7-9
Venid, aclamemos al Señor, / demos vítores a la Roca que nos salva; / entremos a su presencia dándole gracias, / aclamándolo con cantos. R.
Entrad, postrémonos por tierra, / bendiciendo al Señor, creador nuestro. / Porque él es nuestro Dios, / y nosotros su pueblo, / el rebaño que él guía. R.
Ojalá escuchéis hoy su voz: / "No endurezcáis el corazón como en Meribá, / como el día de Masá en el desierto; / cuando vuestros padres me pusieron a prueba / y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R. Salmo 94
Dejad la puerta abierta al perdón
Hermanos: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el "no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás" y los demás mandamientos que haya, se resumen es esta frase: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera. Romanos 13,8-10
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
Mateo 18,15-20
Casa para tu fe católica

martes, 2 de septiembre de 2014

Me diste de comer

Me dijisTe, Señor, que en mi camino,
iré encontrando hambrientos de mi pan,
que habrá sedientos que vengan a mi fuente,
enfermos, tristes de frío y soledad.

Me dijisTe que sufres en el pobre,
que estás desnudo o no tienes libertad,
que en el anciano que espera, Tú me esperas,
y en ese niño de hambre morirás.

Aquí me tienes, Señor, yo quiero amarte,
Amando al pobre y a aquel que sufre más.
Tuyo es mi pan y el agua de mi fuente,
ven a mi casa y amor encontrarás. 

En el camino hay siempre un hombre herido,
que necesita mi ayuda y mi amistad,
no mil discursos que hablan de justicia,
No mil palabras que el viento llevará. 
En el camino, Jesús, me estás mirando,
y en tu mirada hay pena y soledad.
Quiero entregarte mi alma y mi alegría,
toda mi vida en ofrenda de hermandad.
Libro: Oración en familia