Me dijisTe, Señor, que en mi camino,
iré encontrando hambrientos de
mi pan,
que habrá sedientos que vengan a
mi fuente,
enfermos, tristes de frío y soledad.
Me dijisTe que sufres en el pobre,
que estás desnudo o no tienes libertad,
que en el anciano que espera, Tú
me esperas,
y en ese niño de hambre morirás.
Aquí me tienes, Señor, yo quiero amarte,
Amando al pobre y a aquel que sufre más.
Tuyo es mi pan y el agua de mi fuente,
ven a mi casa y amor encontrarás.
En el camino hay siempre un hombre herido,
que necesita mi ayuda y mi amistad,
no mil discursos que hablan de
justicia,
No mil palabras que el viento
llevará.
En el camino, Jesús, me estás mirando,
y en tu mirada hay pena y soledad.
Quiero entregarte mi alma y mi
alegría,
toda mi vida en ofrenda de hermandad.
Libro: Oración en familia
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