Proclama mi alma la
grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu
en Dios mi Salvador;
Porque ha mirado la
humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones
Porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:
Su nombre es santo y
su misericordia llega a todos
De generación en
generación.
Él hace proezas con
su brazo:
Dispersa a los soberbios
de corazón,
Derriba del trono a
los poderosos
y enaltece
a los humildes.,
a los hambrientos
los colma de bienes
y a los ricos los
despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
Acordándose
de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
En
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en un principio, ahora y siempre
Por
los siglos, de los siglos. Amén
Lucas
1,26-27,38
¡No al aborto!
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