Con el pesebre recordamos que se trata
de una época de invierno.
En la actualidad se fabrican en todos los tamaños y
de variados materiales
y estilos. La inspiración llega a través de los pesebres.
Con el pino, árbol de Navidad, mostramos la
fortaleza de la naturaleza.
Algunas familias arman el pesebre y
visten el árbol; otras, solo visten el árbol.
Los villancicos son cantos que tradicionalmente
se entonan desde el mes de noviembre y con su musicalidad la gente se alegra.
Animan los rezos de la novena de
aguinaldo para recordar el canto de los Ángeles, que anunciaron la Natividad del Niño Jesús.
¡Llegó
Navidad!
Yo quiero en esta
Navidad armar un árbol
dentro de mi corazón, y en él
colgar los nombres de mis amigos:
los que viven lejos y los que viven cerca;
los antiguos y los más recientes.
Los que veo todos los días y los que raras veces veo…
Los que algún día quisiera ver.
Los que siempre recuerdo y los que tengo en el olvido…
Los de las horas difíciles y los de las horas felices…
A quienes, sin querer herí y los que sin querer
me hirieron… Aquellos que conozco profundamente y aquellos
que poco conozco. Mis amigos humildes y mis amigos importantes…
Los que me enseñaron y los que tal vez, un poquito aprendieron de
mí…
Quiero que este árbol tenga raíces profundas, para que los nombres
de mis amigos nunca sean arrancados de mi corazón y que sus ramas se extiendan
para agregar nuevos nombres, que venidos de todas partes se junten
con los
existentes.
Un árbol de
sombrío
agradable,
para que nuestra
amistad sea
un momento de
reposo
en la lucha diaria
de la vida.
Quiero que
el espíritu de
Navidad
haga de cada
deseo
una flor,
de cada
lágrima una
sonrisa de
cada dolor
una estrella,
y de cada
corazón una
dulce morada.
Bienaventurado seas…
Comparto el anterior blog a quienes lo lean y amen la Navidad,
cumpleaños del Señor.
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