Nunca la comunicación es
tan profunda
Y nunca el silencio es tan elocuente
Como cuando nada
comunica.
I
Madre del Silencio
y de la Humildad.
y de la Humildad.
Tú vives perdida y encontrada
En el mar sin fondo del
Misterio del Señor.
Misterio del Señor.
Eres disponibilidad y receptividad.
Eres fecundidad y plenitud.
Eres atención y solicitud por
los hermanos.
los hermanos.
Estás vestida de fortaleza.
En Ti resplandece la
madurez humana
madurez humana
Y la elegancia espiritual.
Eres señora de Ti misma
Antes de ser señora nuestra.
No existe dispersión en Ti.
En un acto simple y total,
Tu alma, toda inmóvil,
Está paralizada e
identificada con el Señor.
identificada con el Señor.
Encuentro:
Ignacio Larrañaga
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