Nunca la comunicación es tan profunda
Como cuando no se dice nada,
Y nunca el silencio es tan elocuente
Como cuando nada comunica.
Estás dentro de Dios y Dios dentro de Ti.
El Misterio Total te envuelve y te penetra,
Te posee, ocupa e integra todo tu ser.
Parece que todo quedó paralizado en Ti,
Todo se identificó contigo:
El tiempo, el espacio, la palabra, la música,
el silencio, la mujer, Dios.
Todo quedó asumido en Ti, y divinizado.
Jamás se vio estampa humana
De tanta dulzura,
Ni se volverá a ver en la tierra
Mujer tan inefablemente evocadora.
Sin embargo,
Tu silencio no es ausencia sino presencia.
Estás abismada en el Señor,
Y al mismo tiempo,
Atenta a los hermanos, como en Caná.
Ignacio Larrañaga
Ignacio Larrañaga
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